viernes, 11 de mayo de 2012

El Silbon



Esta leyenda todavía asusta. Se dice que ocurre en Tierras de Portuguesa,  "No vayas para esa fiesta, te dijeron Juan Hilario, que en tierras de Portuguesa, va un espanto desandando, que en tierras de Portuguesa, va un espanto desandando"- dice la canción.
Se dice que es un hombre alto y delgado que mide como 6 metros de altura. Dicen que es  desproporcionado,  que camina sobresaliendo por encima de la copa de los árbolesEsta leyenda todavía asusta. Se dice que ocurre en Tierras de Portuguesa,  "No vayas para esa fiesta, te dijeron Juan Hilario, que en tierras de Portuguesa, va un espanto desandando, que en tierras de Portuguesa, va un espanto desandando"- dice la canción.
Se dice que es un hombre alto y delgado que mide como 6 metros de altura. Dicen que es  desproporcionado,  que camina sobresaliendo por encima de la copa de los árboles , emitiendo un silbido espeluznante y lleva un costal lleno de huesos que los hace sonar .

miércoles, 9 de mayo de 2012

Bienvenidos ambles lectores,  esta pagina les va a encantar ya en ella no solo nos aterrorizamos un poco sino aprendemos tambien sobre culturas y sitios de todo el tachira gracias........

Acontinuacion le vamos a demostrar otra leyenda: 




ENCUENTRO EN EL BAR DE LAS ÁMERICAS.

.- Marisa, una muchacha alegre y deportista, se pasaba andando en bicicleta por los alrededores de la plaza del Rotary Club de Rubio. Una noche conoció a Gerardo y se enamoro.
.- Un grupo de estudiantes salió un sábado, antes de las vacaciones de Navidad. Habían organizado una fiesta pro-graduación en el bar de Las Ámericas. Desde las siete de la noche comenzaron a llegar muchachas y muchachos. Pronto la fiesta estuvo animada y numerosas parejas bailaban en la pista.
.- Gerardo, un joven oriental, alto y moreno, deambulaba de mesa en mesa, conversando y gastando bromas. Por ultimo se sentó en un rincón y hablaban animadamente. Una joven de ojos melados y cabello castaño estaba a su lado. De vez en cuando bailaban y él, alegre, hacia figuras y pases que eran el asombro de sus amigos, pues lo consideraban un muchacho tímido. Bailaba suelto o pegado, caminaba de acá para allá y parecía enamorar a alguien. Sus compañeros creían que estaba bajo los efectos del alcohol, posiblemente Gerardo se había pasado de palos, por eso hablaba solo, gesticulaba y bailaba; ellos no veían a la bella joven que lo acompañaba.
.- A las tres de la madrugada dejo a un lado a la muchacha y dijo a sus compañeros:
.- Ahora vengo, voy a acompañar a Marisa a su casa. No me tardo mucho, espéreme.
.- Sus amigos le creyeron borracho y se rieron. El abrazo a Marisa y salieron del local.
.- Tomados de las manos unas veces, otras abrazados, cruzaron a Rubio hasta llegar a la placita del Rotary. Se besaron repetidas veces y él, galante, se quito el saco y se lo coloco a Marisa para protegerla del frío. Se despidieron con un ¡ Hasta mañana, mi amor!. Y Gerardo regresa al lugar donde estaban sus amigos.
.- Al verlo le gastaron bromas y el se sonreía lleno de felicidad. Se había enamorado.
.- El domingo después del almuerzo resolvió salir a visitar a su amada.
.- A pasos largos recorrió las calles de Rubio hasta llegar a la plaza del Rotary Club. Decidido se dirigió a la casa y llamo. A los pocos minutos una señora de edad mediana abrió la puerta.
.- ¡ Buenas tardes! - dijo.
.- Buenas tardes, joven ¿ que desea?.
.- ¿ Esta Marisa?.
.- ¡ Marisa! - exclamo la señora con asombro.
.- Si, Marisa, ella vive aquí, ¿ verdad?.
.- Por favor pase y siéntese, ya vengo, - y se perdió en el interior de la casa.
.- Al poco rato regreso con una fotografía que le mostró a Gerardo al momento que preguntaba:
.- ¿ Es ella?.
.- Si, por favor llaméela.
.- Lo siento, joven, pero no puedo llamarla. Ella no esta aquí.
.- Imposible, anoche yo la deje aquí, nos despedimos en la puerta.
.- No, no esta, - y comenzó a llorar.
.- Gerardo inquieto inquirió:
.- ¿ Que ocurre?. Me parece muy raro que Marisa no se encuentre en la casa si hace unas horas yo la acompañe hasta aquí. Por el camino me dijo que tenia frío y me quite el saco y se lo puse. ¿ Le paso algo?.
.- Tranquilícese, joven, tome con clama lo que le voy a decirle...
.- Mi hija Marisa ya no esta en este mundo. Murió atropellada por un automóvil cuando paseaba en bicicleta por los alrededores de la plaza.
.- ¿ Dice que murió....?- Balbucea Gerardo impresionado.
.- Si acompáñame al cementerio y visitaremos su tumba.
.- Seguidamente se levantaron y caminaron hasta llegar a la cuesta del cementerio. Gerardo seguía a la mama de Marisa como si estuviera sonámbulo. La impresión recibida fue tan grande que no podía reaccionar, no salían del estupor, creía estar soñando.
.- La señora se detuvo al final de un sendero. Y allí sobre una tumba de mármol blanco, estaba su chaqueta.
.- ¡ Esta es la tumba!.
.- Si, - dijo Gerardo, como si estuviera ausente. Fijo sus ojos en la lapida y al comprobar que sobre ella estaba su chaqueta exclamo horrorizado:
.- ¡ No puede ser...! ¡ No puede ser...! Pero...es mi saco...!
.- ¡ Marisa...., Marisa....! - retrocedió espantado y cayo desmayado.
.- Toda la ciudad supo la historia y hasta los periódicos locales comentaron el romance de Gerardo y Marisa.
.- Han pasado los años y Gerardo sigue amando a Marisa. En su locura repite su nombre y sonríe.

miércoles, 25 de abril de 2012

Leyendas del Tachira

Bienvenidos a mi pagina web, la cual se va a tratar sobre las leyendas del tachira mas aterradoras que han existido; aqui tenemos un ejemplo de una aterradora:

La casa embrujada de Barrio
Sucre.

Hace unos años compramos una hermosa casa al final de la calle principal de barrio Sucre. Era
de dos plantas, su construcción de estilo colonial tenía en la fachada un amplio balcón.
Mi esposo y yo visitamos la casa. Desde el primer momento nos agradó, pero, ¡qué ajenos
estábamos de lo que allí ocurría!
Espaciosa y bien construida, era justo lo que necesitábamos para nuestra numerosa familia. Su
precio nos pareció excelente y aprovechando la oportunidad la adquirimos sin pensarlo mucho
e inmediatamente nos mudamos.
La mudanza fue rápida porque compramos la casa amoblada y pocas cosas llevamos para allá.
El primer día transcurrió tranquilo, pero llegada las seis de la tarde la casa se pobló de ruidos
extraños: arrastraban muebles, los platos sonaban en la cocina como si se rompieran, se oían
susurros y gran cantidad de sonidos raros. Esa noche no pudimos dormir. Las puertas cerradas
con llave se abrían y cerraban, especialmente las del cuarto principal que tenía el balcón hacia
la calle, sus puertas estuvieron toda la noche abriéndose y cerrándose.
Con la luz del día todo volvió todo a la normalidad. Soñolientos no comprendíamos lo que
ocurría. Al llegar la noche, otra vez los ruidos extraños.
Estábamos viendo un programa de televisión y de pronto nos apagaban el televisor o nos
cambiaban el canal. Si lo apagábamos se prendía solo. Las luces de la casa se prendían y se
apagaban movidas por manos invisibles; lo mismo ocurría con las llaves del agua que de
pronto sé abrían o se cerraban cuando no las utilizábamos.
A la hora de dormir los seis muchachos se vinieron a acostar a nuestra habitación, ninguno se
quería quedar solo. Pero de todas formas, nadie pudo dormir; las puertas del balcón sonaron
toda la noche al igual que voces burlonas.
Así transcurrieron varios días. La vida allí sé hacia insoportable. Llegó al colmo el día del
cumpleaños de Adolfo. Invitamos a un gran número de amigos que inundó la casa desde
tempranas horas de la tarde. Al oscurecer hicimos una parrilla y comimos todos. A eso de las
diez de la noche se apagaron de pronto todas las luces y se sintieron unos pasos como de un
hombre que arrastraba un fardo pesado desde la puerta de entrada, a la sala, y el comedor,
perdiéndose luego en el sótano. Al otro día encontramos allí unas huellas blancas como de
talco. Ni que decir, ya que todos los amigos se fueron espantados. No nos quedaron ganas de
hacer más fiestas en esa casa.
Otra noche estaba bañándome tranquilamente cuando sentí una respiración agitada a mi lado y
luego me soplaron. Me desmaye. Tuvieron que hospitalizarme víctima de un preinfarto.
Ni que decir tiene, que nos mudamos horrorizados. Sólo dos meses duramos en esa casa.
Habíamos notado que los vecinos nos miraban con asombro, pero no nos decían nada. Luego
supimos que la casa perteneció a unos españoles y que posteriormente había rodado de mano
en mano. Cada vez la vendían más barata y ahora comprendo el por qué.
El anterior dueño tenía varios niños pequeños e inexplicablemente uno de ellos se tiró por el
balcón y se mató, cosa rara puesto que las barandas son altas y el niño no llegaba a ellas.
Nosotros le vendimos la casa a un abogado que la compró a mitad de lo que nos costó a
nosotros. Este tenía dos pequeños: un varón y una niña. Como la casa era tan bonita y tenía
un jardín interior grande, el abogado instaló una piscina pequeña y poco profunda. A los pocos
días la niña se ahogó. La esposa se volvió loca.
Después compró la casa mucho más barata, un señor que vivía en el 23 de Enero.
Dicho señor recabó informaciones acerca de la casa y durante muchos días estuvo excavando
los sótanos y los patios. No dejó ni un sólo trozo bueno, y al cabo de muchos días de trabajo,
encontró un cofre con morocotas y joyas, probablemente perteneciente a los primeros dueños
de la casa. A partir de entonces desaparecieron los ruidos extraños, las voces y cosas raras.
La familia enriquecida con el hallazgo vive feliz en la casona.